viernes, 26 de junio de 2015

Un Barça inédito y sin títulos

Estas son las acepciones que la RAE da al adjetivo inédito:

1. Escrito y no publicado (también usado como sustantivo).
2. Dicho de un escritor: que aún no ha publicado nada
3. Desconocido, nuevo

Vistas las definiciones, incluirlo en esta frase es repetitivo:



Este artículo de El Mundo destaca que la sección de baloncesto del Barcelona no ha logrado títulos esta temporada a pesar del cuantioso presupuesto con el que cuenta. Si con "inédito" se quiere expresar que el equipo no ha ganado nada este año, ¿por qué justo a continuación se escribe "y sin títulos"? En el lenguaje periodístico siempre hay que evitar las repeticiones innecesarias.

Para eliminar los elementos superfluos de la frase, aquí va una sugerencia que aporta más información: El Barcelona cierra una temporada sin títulos pese al alto desembolso en fichajes

jueves, 25 de junio de 2015

El TSJ de Andalucía, la juez Alaya y la sintaxis

El responsable de este titular publicado recientemente por el medio digital El Confidencial tiene un problema considerable con la sintaxis:


Por partes: ¿cuál es el sujeto de esta oración? ¿El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)? ¿O la juez Mercedes Alaya? La respuesta correcta es la primera. El TSJA es el que realiza la acción, por lo tanto, es el sujeto. Y esta acción es asignar el famoso caso de los ERE -objeto directo- a Alaya -objeto indirecto-.  

El titular comienza en voz activa ("El TSJA asigna a Alaya los ERE") y, de repente, se cambia a la pasiva ("es apartada del resto de macrocausas"). Este cambio de voz es totalmente innecesario, pero si el redactor se empeña en llevarlo a cabo está entonces obligado a escribir un pronombre para que haya concordancia en la frase: El TSJA asigna a Alaya los ERE y ésta es apartada del resto de macrocausas. Ésta, Alaya, sería entonces el sujeto paciente de la oración pasiva. 

Esta solución no es en modo alguno recomendable, y menos aún en un titular de prensa donde hay que dejar las cosas de la manera más ordenada posible. Son los mandamases del TSJA quienes han decidido que Alaya siga investigando los ERE y también quienes la han apartado del resto de macrocausas. Eso deja claro que es el TSJA el sujeto de la acción, como se ha explicado dos párrafos más arriba. Si empieza la frase como sujeto, que la acabe como tal. Y hacer esto es tremendamente sencillo: 


miércoles, 17 de junio de 2015

Rosa Aguilar, ¿investigada junto a Errejón?

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha anunciado hoy los nombres de los miembros de su nuevo gobierno. En el medio online Libertad Digital destacan de esta forma las novedades:






La lectura del titular puede dar a entender que Rosa Aguilar fue investigada junto a Íñigo Errejón por la rectora recién nombrada consejera. El responsable del texto podrá negar este extremo aduciendo que se ha escrito "la rectora que investigó a Errejón y Rosa Aguilar" y no la rectora que investigó a Errejón y a Rosa Aguilar. Pero, puestos a hilar fino, se le ha escapado un detalle.

La frase analizada dice que Díaz nombra "consejera", en singular. Sin embargo, si se quiere destacar el nombramiento de dos personas, debió haberse puesto "consejeras", en plural: Susana Díaz nombra consejeras a la rectora que investigó a Errejón y Rosa Aguilar. Si se deja en singular, se facilitará la confusión de los hechos. Aparte, el titular estaría mucho más claro si se le hubiese dado otro orden: Susana Díaz nombra consejeras a Rosa Aguilar y a la rectora que investigó a Errejón

Un vistazo a lo publicado por otros medios demuestra que no han querido hacer difícil lo que puede expresarse con facilidad. En Libertad Digital deberían tomar nota de ello, y también de otro detalle: el subtítulo está para complementar lo dicho en el titular

Esto significa que no se deben repetir los mismos nombres en uno y otro. Luego saquemos a Susana Díaz y Rosa Aguilar de la letra pequeña y sustituyámoslas por cualquier dato que resuma la noticia. Como este: La presidenta de Andalucía incluye a la catedrática Adelaida de la Calle en su nuevo gobierno

martes, 16 de junio de 2015

La izquierda manda en Madrid tras 26 años, no 20

El pasado domingo La Sexta emitió en su espacio El Objetivo la entrevista que mantuvieron la periodista Ana Pastor y Manuela Carmena, la recién elegida alcaldesa de Madrid. En algunos momentos del programa se vio sobreimpreso en la pantalla este rótulo:


De acuerdo con lo subrayado en rojo, José María Álvarez del Manzano, alcalde de la capital entre 1991 y 2003, tuvo inclinaciones izquierdistas en su primer mandato, el que concluyó hace justo 20 años, en 1995. Lo curioso es que ese político era militante del PP. Y cabe suponer las mismas tendencias a su predecesor en el cargo, Agustín Rodríguez Sahagún -regidor entre 1989 y 1991-
, pese a que era miembro del centrista CDS. 

Bromas aparte, si el autor de ese rótulo pretendía destacar el largo tiempo transcurrido sin un dirigente de izquierdas empuñando el bastón de mando, debió dar la información correcta. Y ese dato es que el socialista Juan Barranco, que finalizó su mandato en 1989, fue el último político de izquierdas al frente del consistorio madrileño. 

Entre esa fecha y la llegada de la cabeza de lista de Ahora Madrid al primer sillón municipal han transcurrido 26 años, no 20. Pero si en el rótulo no queremos pecar de estrictos, serviría Carmena es la primera alcaldesa de izquierdas en Madrid tras más de 20 años

lunes, 15 de junio de 2015

Monarquía es una forma de gobierno, no de Estado

El titular principal en la portada de hoy de El Mundo nos da pie a señalar uno de los errores más extendidos en la prensa española: 












La monarquía -también la república- es una forma de gobierno. En cambio, la forma de Estado se refiere a la organización territorial de este: Estado federal, Estado unitario. Hace meses tratamos este asunto, pero nunca viene mal recordar que, por mucho que se empeñen los medios, el hecho de tener un rey o un presidente en la jefatura del Estado no da pie a hablar de forma de Estado. Monarquía y república son formas de gobierno.

miércoles, 10 de junio de 2015

De Adís Abeba a Shanghái con escala en Catar o la españolización excesiva de topónimos extranjeros (II)

Tras publicar la anterior entrada del blog, contacté vía Twitter con la cuenta de la RAE para formularles la siguiente pregunta:




La respuesta de la academia de la lengua me ha llegado hoy mediante dos tuits. En el primero, me invita a visitar un enlace sobre ortografía; y en el segundo, me indica que si su lectura no resuelve mis dudas, les contacte por medio del formulario de consultas lingüísticas habilitado en la web de la institución.

La lectura ha sido interesante, pero no soluciona gran cosa. Para comenzar, ni uno solo de los topónimos citados en mi tuit son mencionados en el texto que recibí. Me interesaba especialmente una explicación sobre la falta de acentuación en Zagreb cuando sí se impone la tilde a Múnich. Dos palabras llanas que no finalizan en vocal, n o s, lo que obliga a acentuar la sílaba tónica. Parece que no hay respuesta para esta consulta ni para otras. 

En algunos casos el documento sí da explicaciones. Por ejemplo, si Ámsterdam, Míchigan, etc. son esdrújulas, que no les falte la tilde en la primera sílaba. Y si Taipéi es aguda, que tampoco se omita el acento en la vocal correspondiente. Pero en otros, se limita a recomendar una cosa u otra sin dar razones. Así ocurre con el respeto a la grafía portuguesa de São Paulo y a dejar tal cual la polaca Gdansk, una palabra impensable en español con esas dos consonantes iniciales. 

Las razones de la RAE me parecen insuficientes y no impiden que continuemos el periplo por la geografía mundial iniciado en el anterior post. Es hora de acercarnos a África. Hoy ha sido noticia la ciudad egipcia de Luxor, palabra grave terminada en consonante a la que parece no haber necesidad de aplicar la tilde sobre la tónica. En cambio, la academia sí impone el acento sobre Adís Abeba, capital de Etiopía y otrora Addis Abeba, cuya primera palabra, aparte de haber perdido una d, se considera aguda ahora. 

Sobre la doble consonante, sería útil una actualización del Diccionario panhispánico de dudas (DPD). El vigente data de 2005, mientras que la Ortografía de la lengua española es de 2010. En el DPD actual ya se incluye Adís Abeba, pero también Accra, la capital de Ghana, y Guinea-Bissau

Llega el momento de volar a Asia, en concreto al Golfo Pérsico, donde parece que nos molesta la letra hache. Así se explica que el reino de Bahrein haya dejado su lugar al de Baréin y que la capital de los Emiratos Árabes Unidos, antes Abu Dhabi, sea hoy Abu Dabi. No obstante, si continuamos rumbo hacia el este y aterrizamos en Nueva Delhi, la hache no es inoportuna para la RAE, que la considera una "grafía plenamente asentada". Abu Dabi, sí; Nueva Deli, no.

Pero volvamos a la península arábiga, donde se halla el nombre estrella de este recorrido planetario: el polémico hasta la saciedad Catar. La nueva denominación de este país es controvertida porque en español ya existe esa palabra, un verbo que ahora tiene un emirato gemelo con el que siempre se le va a relacionar. Bromas aparte, la imposición de Catar es el paradigma de la españolización excesiva de topónimos extranjeros

Antes de la ortografía en vigor, la RAE aceptaba Qatar por considerar que la letra q era la que mejor servía para transcribir ese sonido árabe al español: "la letra qaf con la que comienza este topónimo en árabe se representa en español mediante la letra q". Sin embargo, en 2010 se estimó que palabras con q inicial como quorum debían ser modificadas (cuórum), y que lo mismo había de aplicarse a Qatar

Siguiendo la misma lógica, viajemos de Catar a Afganistán. En ese país existe un lugar llamado Qala-e-now, donde en su día hubo una base militar española. No estaría de más que la academia nos explicara por qué no le declara la guerra a la q en ese topónimo.  

En la españolización de topónimos foráneos, queda claro que la RAE tiene entre sus prioridades la de acentuar las palabras agudas finalizadas en vocal, sea cual sea el resto de su grafía: Marcháis de Dubái, llegáis a Shanghái y luego voláis a Hawái. ¿Se atreverá con Pionguián como capital de Corea del Norte? Con Sri Lanka, hay que reconocer que la castellanización sería muy complicada. 

lunes, 8 de junio de 2015

De Róterdam a Sídney con escala en Otawa o la españolización excesiva de topónimos extranjeros

En una entrada más o menos reciente observaba la relajación de las normas de ortografía con respecto a la acentuación de algunos nombres comunes, como ocurre con el término cartel, y comparaba esa permisividad con la exigencia de acentuar y españolizar al máximo la grafía de muchos nombres propios foráneos. 

Es llamativa esa tendencia de la RAE a poner la tilde a unos topónimos extranjeros que no deberían preocuparnos tanto y a arrebatársela a palabras tan nuestras que quedaban estupendamente con ese tocado: Estaré sólo dos días en Roma. Iré con Pedro y la hermana de éste. Buscaremos escenarios para escribir el guión de una película. El protagonista de ésta será un truhán

¿Por qué quitar el acento a las palabras destacadas en el párrafo anterior y escribir Mánchester y Ámsterdam cuando toda la vida fueron Manchester y Amsterdam? Y no hablemos del peculiar Róterdam, que siempre se aceptó como Rotterdam sin problemas.

Esta entrada no pretende corregir a nadie, sino preguntar por qué la misma regla aplicada a un nombre no sirve para otro de características similares. Por ejemplo, la acentuación de las esdrújulas. Mánchester y Ámsterdam lo son. También Washington, a la que, sin embargo, no se le cala una tilde sobre la a. ¿A qué se debe? ¿A que su grafía no es muy castellana? Tampoco lo es la de Shanghái, pero aquí sí se impone la norma de acentuar las palabras agudas finalizadas en vocal. 

En cuanto a ese Róterdam tan español con la tilde y una t menos, otra duda: ¿por qué no se españoliza la inglesa Birmingham? Palabra esdrújula y con grafía muy diferente a la nuestra -la h después de la g-. Prácticamente es la misma situación de Rotterdam. Siguiendo la castellanización a ultranza que sí vale para la ciudad neerlandesa, habría que escribir Bírmingam. O incluso Bírmingan.

Vamos ahora con Zagreb, capital de Croacia y palabra llana. Las reglas de acentuación exigen tildar las llanas que no terminen en vocal, n o s. Por lo tanto, habría que escribir Zágreb, dado que así se pronuncia. Si la presencia o ausencia de la tilde es lo que decide cómo suena una palabra, Zagreb debería pronunciarse como Magreb.

Ámsterdam, Róterdam y Mánchester por un lado y Washington, Birmingham y Zagreb por otro. Siempre se supo cómo se pronunciaban por ser urbes sobradamente conocidas. Pero de esos seis ejemplos, las aclaraciones sólo se han estimado convenientes en los tres primeros casos. Tendría más sentido aclarar el sonido de nombres poco famosos -como puede ser el de Cúneo (Italia)- que lo que ya se sabe.

Londres, Burdeos, Turín, Florencia, Bruselas, Amberes, Ginebra, Colonia, Copenhague, Estocolmo, Varsovia, Praga, Viena, Belgrado... Son muchos los topónimos con traducción a nuestro idioma, términos plenamente españoles aunque aludan a lugares del exterior. Otros, simplemente, no la tienen. ¿Por qué ese intento desesperado de que parezcan españolas palabras que no lo son?

Sorprende que el celo por españolizar no haya tenido entre sus objetivos una ciudad con grafía tan ajena a lo castellano como la polaca Gdansk. Y eso que bastaría con eliminar la g inicial, pues de hecho tendemos a pronunciarlo Dansk. En la vecina República Checa se encuentra Brno, que se dice más o menos Breno, pero no parece haber noticias de una próxima naturalización. Por no hablar de la borrachera de consonantes de la República Srpska -una de las dos entidades que componen Bosnia y Herzegovina-, a la que al menos se podría añadir una e entre la s y la r para facilitar su lectura. 

Hay un singular modelo de semiespañolización en el puerto francés de Le Havre, que ahora llamamos El Havre, traduciendo el artículo a nuestra lengua y respetando el nombre original. Es difícil de justificar esto último, teniendo en cuenta que en castellano no se forman sílabas con las consonantes vr-. ¿Qué tal El Habre? Tan mal como El Havre.

De una orilla atlántica a otra. Antes pasábamos momentáneamente por Washington, que no ha sido objeto de españolizaciones a la carta, aunque sí lo han sido otros lugares de Estados Unidos. Como Misisipi, río que da nombre a un estado al que también se le podaron un par de eses y una p. Dos consonantes gemelas que no molestan en Dallas, pese a que se pronuncia Dalas. Tampoco en Tennessee, para el que Ténesi sonaría a broma pesada. 

Sin embargo, si cruzamos la frontera norte, veremos que la manga ancha con la consonante doble no beneficia a la capital de Canadá, antes Ottawa y ahora parece que Otawa, que para algunos con mando en plaza debe de tener una apariencia más española

Y de ahí a otra antigua colonia británica, Australia, donde Sydney dejó de serlo, al menos para nosotros. El lugar de la primera y lo ocupa ahora una i acentuada. Curiosamente, esa y que no nos incomoda en la ciudad francesa de Lyon sí lo hace en el continente austral. ¿Por qué Sídney y no Lión? Quién sabe. Tal vez sea un privilegio del otro hemisferio, donde Melbourne podría dar paso a MelburneBrisbane quizá acabe siendo Brísbein, ya que estamos.

En los libros de estilo de algunos periódicos tenemos un caso totalmente opuesto al asunto del día. No sólo no se quiere españolizar, sino que se lucha por cumplir escrupulosamente con su escritura original: São Paulo en lugar del sencillo de escribir Sao Paulo. Para quien esté interesado, el truco para colocar la virgulilla sobre la a está en pulsar antes de la vocal las teclas alt gr+4

Como habrá observado el lector, nuestro viaje ha recorrido -con contadas excepciones- Europa y sus principales áreas de influencia lingüística, es decir, el continente americano y Australia. En la próxima entrada, continuaremos nuestra travesía por el globo terráqueo en África y Asia, e incluso visitaremos algún archipiélago de Oceanía. 

martes, 2 de junio de 2015

'La Razón' mete la pata con las comas

Las portadas de La Razón rara vez dejan indiferente a uno. Y la de hoy, desde luego, no es una excepción. Es tendenciosa, pues se empeña en relacionar a la política Tania Sánchez -imputada por malversación, prevaricación y tráfico de influencias- con Manuela Carmena, candidata de la formación Ahora Madrid a la alcaldía de la capital. 

Si la protagonista de la noticia es Sánchez por sus presuntos delitos, una fotografía suya es más que suficiente para ilustrar la portada. Sin embargo, el periódico dirigido por Francisco Marhuenda prefiere publicar una imagen de la imputada con un adorno: un cartel con el lema Vamos, Manuela, gesto con el que Sánchez mostró su apoyo a Carmena en las elecciones municipales del pasado 24 de mayo. 

Sólo los ciegos que no quieren ver no notarán la parcialidad de la foto elegida, que busca a toda costa el vínculo entre la imputada y la alcaldable. Pero ese no es el asunto de la entrada de hoy. 

Tampoco lo son las malas artes usadas por el rotativo madrileño, que difunde como propia una instantánea que no es de su propiedad, sino que pertenece al fotógrafo Luis Gaspar, por cuyo estudio pasaron Tania Sánchez y otras personas para retratarse con el lema pro Carmena. Quien quiera saber lo que opina Luis Gaspar de que se reproduzcan trabajos suyos sin consultárselo previamente, que eche un vistazo a su timeline de Twitter

Pero, lo dicho, el post de hoy se centra en otro detalle de la portada de La Razón. Y ese elemento es el pie de foto o descripción que acompaña a la imagen de Tania Sánchez: 


Lo que va subrayado en rojo es una coma, signo de puntuación que no pinta nada en esa frase. El Diccionario Panhispánico de Dudas explica que es incorrecto escribir coma entre el sujeto y el verbo de una oración. Hay dos excepciones a esta regla: la primera, cuando el sujeto es una enumeración que se cierra con etcétera (o su abreviatura etc.); y la segunda, cuando inmediatamente después del sujeto se abre un inciso o aparece cualquiera de los elementos que se aíslan por comas del resto del enunciado

Es decir, sería correcto escribir que Tania Sánchez, expareja del líder de Podemos, apoyó la campaña de Carmena para el Ayuntamiento. Pero en "La ex pareja del líder de Podemos, apoyó la campaña de Carmena para el Ayuntamiento", la coma merece un sic